"LOS ARTISTAS DE AHORA QUIEREN IR DEMASIADO RÁPIDO Y LLEGAR ANTES DE TIEMPO. QUIEREN COBRAR DEMASIADO PRONTO MUCHO DINERO"


"LOS ARTISTAS DE AHORA QUIEREN IR DEMASIADO RÁPIDO Y LLEGAR ANTES DE TIEMPO. QUIEREN COBRAR DEMASIADO PRONTO MUCHO DINERO"

(SEGUNDA PARTE de la entrevista al cantaor natural de Guillena (1949) Marcelo Sousa Navas con motivo de su actuación el pasado 27 de octubre en la Peña Frasquito, con la guitarra de Antonio Centenera. Marcelo es un cantaor de la vieja escuela, de los de antes, de los que perciben el cante como un ritual sagrado, incorporándolo en su día a día como actividad vital. Además, demuestra, con valentía y preclara honestidad, una enorme clarividencia y conocimiento en el análisis del pasado y actualidad del arte flamenco, como vais a comprobar. Y por si fuese poco, compartió, durante años, con el gran Antonio Mairena, vivencias y momentos de cante. Un cantaor y tipo que merece muchísimo la pena).




-Álvaro: Marcelo, ¿qué me cuentas de los cantaores actuales, del cante de ahora?

-Marcelo: Hoy en día se están perdiendo las tradiciones, son unos tiempos en donde se va demasiado ligero. No obstante, esta tierra, Andalucía, no va a dejar de echar jaramagos, eso nunca, pero se están perdiendo las formas, los artistas de ahora quieren ir demasiado rápido y llegar antes de tiempo. Quieren cobrar demasiado pronto mucho dinero. Además, la mayoría no aporta nada nuevo, copian demasiado a Mairena, a Caracol..., antes era a Camarón, son imitadores, pero no aportan nada propio. Mira a María Terremoto, se aprovecha porque es hija de, pero está muy verde. Hace algunas cositas muy graciosas por bulerías, pero, por eje, por malagueñas puff..., le queda mucho camino por andar. Ahora que está aquí Frasquito, mira cómo Frasquito ha sonado siempre a algo distinto, a su propio estilo, él le ha dado a su cante su impronta, su sentimiento, y no ha querido ser ni fulano y mengano[1].

-Álvaro: Bueno, tú que tienes Facebook, y te veo participar mucho, imagino que estarás al tanto de Rosalía y el Niño de Eche.

-Marcelo: Mira, no mucho, a esas personas no le echo cuentas.

-Álvaro: Ya, pero están ahí. Han estado en la Bienal.


- Marcelo: Mira, el Niño de Elche va diciendo mentiras por ahí, dice que ha cantado conmigo en festivales, pero eso es mentira, yo ni lo conozco. Además, si ese hombre canta, entonces los gorriones se van a ir de aquí de nuestro país. Por otra parte, me encuentro en muchos festivales situaciones desagradables. Mira yo no quiero mencionar a nadie, ya que no quiero ir en contra de nadie - suerte pa todos y que a mí Dios no me olvide - pero como suelo, por viejo, cerrar los festivales, escucho de todo; por eje, a muchos cantaores jóvenes ronear delante de los compañeros sobre el número de festivales que tienen contratados, y a mí eso me parece muuu feo, es una falta de ética. No se puede vacilar delante de un compañero, aunque sea verdad, de que tienes muchos festivales, ya que a lo mejor ese compañero tiene muy pocos. Además, el hecho de que uno tenga más festivales, no quiere decir que cantes mejor que otro. Ya sabes que hoy esto es sota, caballo y rey, y entre unos pocos se reparten tó[2].

-Álvaro: Y qué me cuentas de los representantes artísticos.

-Marcelo: Está bien que me hagas esa pregunta. Mira, algunos son más tristes que el jilguero al que le falta el alpiste. Ellos acotan los espacios, y si un día cantas en ese espacio, por eje en Málaga, te dicen que le tienes que pagarle la comisión a él, y tú le dices, pero si tú a mí no me has llamado, me ha llamado ese otro señor, entonces ¿qué quiere? ¿qué pague dos comisiones? ¿qué pinto entonces yo aquí? Por otro lado, y me voy a mojar, están compinchaos con los delegados de cultura de los Ayuntamientos, con los políticos, ya que ellos no hacen solo el flamenco, sino también otros eventos, y por tanto aumentan la comisión que se llevan considerablemente. Y yo sé dé casos en los que han metido la mano en la bolsa, y al final nosotros los artistas somos los peores tratados. Fíjate que todavía yo no he cobrado mi actuación de la Bienal, ni me ha llamado nadie. Y esto pasa en todos lados, como en mi pueblo, que me dicen, como decía mi abuela, que me quieren mucho, pero dinero poquito; te tardan en pagar el tiempo de una paría, nueve meses. En fin, este viento corre por todos lados[3].

- Álvaro: En Mairena del Alcor participas todos los años como jurado de su famoso concurso, junto a Antonio Barberán, Ramón Soler o Faustino Núñez, tres grandes eminencias de la flamencología actual. ¿Cómo te va?

-Marcelo: Verás, no me gusta mucho formar parte del jurado de un concurso, ya que solo queda contento el que gana el primer premio, y los demás se van mu cabreados, y a mí no me gusta llevarme mal con nadie. Por otro lado, cada año hay menos calidad en los participantes. Todo el jurado nos persignamos para que en la primera parte del concurso se presente alguien que haga por lo menos dos cantecitos aseados, pero ni por esas. Calidad no hay. Yo le digo a los organizadores que hagan el concurso bienalmente, pero me dicen que no. Como ahí hay política de por medio, está la Casa del Arte Antonio Mairena , el Ayuntamiento, me dicen que es algo muy importante para Mairena, y por riles se tiene que celebrar todos los años y el primer premio no se puede quedar desierto. Y no se dan cuenta de que cuando este concurso lo creó Antonio Mairena hace 50 años, por aquel entonces sí que había calidad y cantidad, pero ya no. Por el concurso han pasado Camarón, Rancapino, Curro Malena, El Lebrijano.., pero hoy, ¿dónde buscamos a esta gente?[4]

- Álvaro: Sabes que soy Maestro de Música. ¿Cómo ves que en la escuela acerquemos el flamenco a los niños? No se trata de enseñarles a cantar, solo tratar de que conozcan esta música.

-Marcelo: A mí me parece muy bien, eso es una labor pedagógica muy importante. Recuerdo que una vez, la actual ministra Carmen Calvo Poyatos, nos citó en Jerez, cuando era Consejera de Cultura, en el palacio de Pemartín. Yo fue con Chano Lobato, y estaban allí, entre otros, Moraíto y Diego Clavel y nos dijo que la asignatura de flamenco se iba a poner pronto en los colegios.

-Alvaro: Ya, pero eso se ha quedado parado. Ya Calixto Sánchez lo intentó hace muchos años, pero se ha quedado en agua de borrajas. Todo depende de la voluntad individual, del maestro que le guste el flamenco. Yo siempre digo que, si un niño tiene que saber, cuanto termine la escuela obligatoria, quién fue Mozart, ¿por qué no tiene que saber quién fue la Niña de los Peines, Fosforito o conocer a los cantaores de su pueblo?

-Marcelo: Claro, es que eso es más importante. Yo he estado en Alemania, y allí sus músicos son venerados, tienen su sitio en lugares públicos. Y yo siempre digo que esto debería pasar aquí con los nuestros, con Manolito el de María, con Juan Talega... Es muy importante meter a los jóvenes en esta música, ya que son la continuidad. ¡Ojo!, y también a los más mayores, ya que muchos no conocen el cante, van a los festivales y no tienen ni idea, no saben, como dicen los gitanos, istinguí y los cantaores no sabemos que cantarles para que nos entiendan (CONTINUARÁ...)


[1] Interesantes y, en mi opinión, acertadas reflexiones de Marcelo. Por un lado, nos alerta de la actitud demasiado habitual entre la mayoría de los jóvenes artistas de querer ganar dinero lo más pronto posible, olvidándose de su formación y adquisición de vivencias imprescindibles para la consolidación y madurez de su propuesta artística. Y, por otro lado, se queja de la escasa originalidad de la misma, una originalidad que en ocasiones buscan, proponiendo una música diferente a la flamenca (eje: Niño de Elche o Rosalía)


[2] Absolutamente de acuerdo con Marcelo. No siempre los artistas más solicitados en festivales y recitales son los que ofrecen una mayor calidad tanto en la forma como en el contenido. Desgraciadamente, son determinantes otros aspectos como los intereses de los representantes, el desconocimiento de los organizadores y el compadreo de gestores políticos.


[3] Lamentablemente, es práctica habitual de las instituciones públicas la excesiva tardanza en el pago de los honorarios a los artistas. Tardanza motivada en bastantes ocasiones por una falta de organización realmente asombrosa.


[4] No le falta razón a Marcelo en el interrogante que plantea. No obstante, es justo señalar que el pesimismo en el cante con relación a la falta de calidad de las nuevas generaciones ha sido una constante histórica. Sin ir más lejos, hace algo más de 50 años, época que Marcelo señala como generosa en calidad y cantidad, la mismísima Niña de los Peines ya nos mostraba su preocupación con relación al futuro del cante.
También te puede interesar

Comentar facebook