Que sí..., que el cante es música, conocimiento y forma. Que hay que decirlo afinado, a compás y desde el conocimiento de las formas cantaoras que nos legaron los grandes maestros forjadores de lo jondo, mas también, queridos amigos, es sonido y expresividad. En la actualidad, se ha avanzado tanto, ¡y falta que hacía!, en los parámetros musicales del flamenco - afinación, ritmo y armonía - que a veces, artistas y aficionados, olvidamos lo prioritario, es decir, la capacidad de emocionar. El arte sin emoción, simple y llanamente, no es arte.

Anoche, en la estupenda Peña Flamenca Curro Malena de Aguilar de la frontera, asistí a uno de esos momentos jondos que, estoy segurísimo, jamás se me olvidará. ¿El culpable?: Jorge Ramírez Wilo de Puerto que, con la asombrosa guitarra del chiclanero José de Pura, trascendió la dimensión formal del cante para abandonarse, desde un correcto dominio de lo que se traía entre manos, al plano expresivo, en el que la emotividad y la jondura nuclearon, de principio a fin, su ejecución cantaora. Repite, insistentemente, mi admirado Faustino Núñez que los flamencos actuales cantan sometidos a la “dictadura del compás”, con la consiguiente pérdida de naturalidad y expresividad, y tiene razón. El cante, que nació desde la métrica de la copla, posee su propio lenguaje, diferente al del concepto occidental del fenómeno musical. Someterse, obsesivamente, a éste, lo desnaturaliza. Quizás, gran parte de culpa de esta situación la tiene el modelo actual de los concursos, que en su papel de grandes dictadores fiscalizan el cante y bloquean el atrevimiento y la creatividad de los cantaores, favoreciendo la repetición sin más.



El Wilo, que encima contó con una guitarra fresca y actual mas enmarcada en el toque clásico, con sus soleares, fandangos, seguiriyas, peteneras y cuplé por bulerías, nos recordó el concepto interpretativo de los maestros antiguos, aquél anterior a esta comentada obsesión por el continente en detrimento del contenido que estamos cuestionando fraguada en los últimos años del pasado siglo. Deseando escuchar su primer trabajo discográfico que muy pronto dará a luz.