AFRENTA A DAVID PINO


No pasa un año, queridos lectores, en que, en torno a nuestro festival de cante, a priori y/o a posteriori, no surja una nueva polémica. A las ya habituales de la falta de participación en su configuración de las asociaciones flamencas - ni siquiera se ha consultado a la Peña Frasquito, la única peña flamenca de la localidad – o la excesiva tardanza en la presentación del cartel, este año hay que sumar el trato, a todas luces injusto, que se le ha dado a uno de nuestros dos grandes cantaores locales, concretamente a David Pino. Veamos.

Hace unos años, como he manifestado sin complejos en otras ocasiones, con buen criterio, coincidiendo con la aparición del Membrillo de Oro, se decidió establecer una alternancia entre los dos grandes cantaores locales, entre David Pino y Julián Estrada. Un momento muy oportuno, al resolverse que el ganador del Membrillo intervendría en el festival y al disminuir, por la crisis, el número de participantes a cinco más el baile.  A partir de aquí, se comenzó con la mencionada alternancia que solo se alteró en el año de la celebración del cincuentenario, participando los dos. El año pasado, intervino Julián en el festival, por lo que suponíamos que en el presente le tocaba a David. Bien, la sorpresa saltó a finales del pasado mes de marzo cuando en el pliego de condiciones para la licitación del festival leímos que de los cinco cantaores que participarán, solamente Arcángel y Julián lo tenían asegurado, entrando el bueno de David en un sistema de elección opcional para decidir el resto. Concretamente, leímos lo siguiente (textual):

“4. Criterios objeto de adjudicación:
Serán criterios para la determinación de la mejor oferta por orden decreciente de importancia y su ponderación los siguientes:

1º.- Precio: Menor precio ofertado: max.60 puntos. En lo que se refiere al precio se otorgará la máxima puntuación (60 puntos) a la oferta más económica y 0 puntos a la que se realice al tipo de licitación, puntuándose el resto proporcionalmente.

 2º.- Por artista contratado dentro de cada una de las actuaciones o categorías señaladas como mínimas en la cláusula 2ª del PPT: max 40 puntos.
 Se valorarán de la siguiente manera:

ACTUACIÓN 1:
 Opción 1ª: David Palomar………………………..…………..12 puntos.
 Opción 2ª: Antonio Reyes …………………………………...10 puntos.

ACTUACIÓN 2:
Opción 1ª: María Terremoto……………………………....11 puntos.
Opción 2ª: Miguel Levi ………………………………………. 8 puntos.

ACTUACIÓN 3:
Opción 1ª: David Pino………………………………………... 9 puntos.
Opción 2ª: Jesús Méndez……………………………………. 7 puntos.

ACTUACIÓN 4:
Opción 1ª: Antonio “El Pipa” ………………….…………… 8 puntos.
Opción 2ª: Yolanda Osuna ….…………………………...... 5 puntos.

Además de las actuaciones que figuran como obligatorias:

ACTUACIÓN 5: Arcángel

ACTUACIÓN 6: Julián Estrada”

Es decir, la empresa interesada en organizar el festival está obligada, por decisión legítima de los responsables del mismo, a contratar a Arcángel y a Julián, y optar, para el resto de las actuaciones, por una de las opciones, entre las que se encuentra David, que puede resultar o no elegido. Esta situación solo cabe analizarla desde dos posibilidades: que la alternancia se haya eliminado - como se comenta en los mentideros flamencos pontanos - o que continúe, y en ambas con un resultado difícil de entender. En el caso primero, ¿por qué no se ha establecido en el pliego de condiciones la obligatoriedad de la participación de ambos, de Julián y de David? En el segundo caso, ¿por qué no se establece la participación obligatoria de David, incluyéndose a Julián entre las opciones? Quede claro que los responsables del festival tienen el derecho a proponer los artistas que consideren más oportunos, como también los aficionados tenemos el derecho a cuestionar aquello que no nos parezca bien. En definitiva, y soy muy claro: una afrenta, en toda regla, de dichos responsables a David.  

Por otro lado, no nos parece conveniente para nuestro festival este sistema opcional de selección, al fundamentarse entre parejas de cantaores que, desde el punto de vista estético, poco tienen que ver. El cante de David Pino es diametralmente opuesto al de Jesús Méndez, lo mismo que el de David Palomar con el de Antonio Reyes, a pesar de ser ambos gaditanos. Quizás se salven un poco de esta dualidad los dos cantaores jerezanos (Miguel Lavi y María Terremoto), pero aquí aparece otra circunstancia, en mi opinión, negativa: el escaso nivel, A PRIORI, de ambos para lidiar en una plaza de primera como la de Puente Genil. María, que llegará a ser sin duda una buena cantaora, aún está muy verde, es jovencísima, y Miguel carece de una trayectoria importante como cantaor de adelante, aunque no es descartable que, conociendo la idiosincrasia del cante jerezano basado en la inspiración y el pellizco, se ganen al exigente público pontanés.  En cuanto al baile, ídem: dos estéticas distintas. Para concluir, nuestro festival, en mi opinión, debe de definirse, cada año, con una línea estética concreta. Sus responsables deben decidir, claramente, el perfil de los cantaores, y con este sistema opcional, insisto entre artistas tan dispares, no se consigue dotar al mismo de una personalidad propia. Por cierto, me gustaría conocer los criterios de asignación de los puntos a los artistas...

Mas no todo es negativo, quizás el gran acierto de los responsables este año es la elección del homenajeado, nuestro inolvidable PERICO LAVADO, un personaje queridísimo y vital en la historia del flamenco de Puente Genil. Más allá de sus innegables cualidades artísticas, Perico protagonizó y lideró la época de fomento y divulgación del cante más fructífera de nuestro pueblo. De su recordada taberna disfrutaron los mejores artistas flamencos de nuestro país, además de servir de impresionante escuela de formación de aficionados y artistas.
                                                                                        ÁLVARO DE LA FUENTE ESPEJO

También te puede interesar

Comentar facebook

No hay comentarios:

Publicar un comentario